Escogemos un buen ramillete de tomillo y cuatro ajos pelados,
y los trituramos con un chorrito de aceite de oliva en la picadora.
Troceamos el conejo en trozos que no sean demasiado pequeños
y le añadimos el aliño que acabamos de hacer.
Lo extendemos bien para que se impregne la carne y lo dejamos un rato cubierto con un paño limpio.
Mientras tanto pelamos unas patatas y las cortamos en ruedas de tamaño medio,
cortamos una cebolla en "pluma" no demasiado fina.
Freimos las patatas y cuando casi estén hechas, añadimos la cebolla.
Escurrimos en un colador para eliminar el exceso de grasa
y colocamos en el fondo de una bandeja de horno.
Ahora ponemos encima las tajadas de conejo marinado y lo llevamos al horno.
A 200ºC durante unos treinta minutos. A media cocción lo regamos con un poco de vino blanco y le damos la vuelta a las tajadas de conejo, para que se doren por ambos lados.
Y listo.
El olor es fantástico. Seguro que triunfais.
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